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No a la segregación escolar (recuperada de internet)

MINEDU: ENFRENTAR EL DESAFÍO DE LA DESIGUALDAD EDUCATIVA

¿Se atreverá la nueva Ministra de Educación?

Publicado: 2019-03-13

El mayor desafío para cualquier ministro o ministra de educación en el Perú es cómo enfrentar el grave problema de la desigualdad en la educación de los niños y niñas y adolescentes.  

En los informes de PISA, de LLECE-UNESCO, y de estudios peruanos como "Niños del Milenio", se establece que el sistema escolar peruano es uno de los más desiguales y más segregados por nivel socioeconómico de todo el planeta. Tenemos un sistema escolar estructurado como una pirámide, con tipos de escuelas -tanto privadas como públicas- ubicadas en los distintos estratos de la pirámide, que en cada caso reciben a estudiantes de un determinado nivel socioeconómico, que no se mezclan con los de más arriba ni con los de más abajo. Cada clase social tiene sus escuelas.

Las desigualdades se evidencian en las condiciones de la infraestructura, los equipos y los materiales educativos (desde grandes colegios con canchas, laboratorios y hasta internado -COAR- hasta pequeñas escuelas precarias en azoteas o sin aulas de material noble ni agua ni saneamiento); se expresan en el clima institucional y de relaciones en las aulas; en las condiciones laborales e idoneidad de los docentes; en las oportunidades para aprender -desde los desiguales tiempos para el aprendizaje hasta el nivel de exigencia cognitiva de las sesiones de clase-; y -por supuesto- se reflejan en los resultados del aprendizaje.

Todo ello contribuye a reproducir en la escuela las desigualdades de la sociedad, ya que la calidad de los procesos y de los resultados de cada institución educativa está fuertemente relacionada con la composición socioeconómica interna -bastante homogénea- de la población que ella atiende. La desigualdad escolar también genera y aumenta problemas sociales y de salud mental, como la violencia doméstica y urbana, la frustración, la agresividad, la delincuencia, el alcoholismo y el consumo de drogas, la informalidad y baja productividad, embarazos adolescentes, resentimiento, racismo, intolerancia frente a la diversidad, y otros.

Una de las causas estructurales de la desigualdad y la segregación educativa en el Perú es el modelo vigente de financiamiento del servicio educativo escolar. El Estado financia solo parcialmente el costo de la educación, y además distribuye sus recursos favoreciendo a unos sectores y perjudicando a otros, sin criterio de equidad ni de compensación de las desventajas sociales de partida. Las familias tienen que completar el financiamiento, en algunos casos asumiendo el total de los costos (educación privada de alto costo, intermedia, y de bajo costo), y en otros casos (educación pública con aportes privados) complementando el aporte del Estado con recursos propios, cuya cantidad depende de la capacidad económica de las familias atendidas (lo que genera más desigualdad y segregación en el propio sector público).

El asunto es complejo y no tiene solución inmediata o de corto plazo; pero se tiene que analizar y definir una estrategia que ponga en marcha ahora mismo un proceso de transformación, que revierta la creciente migración de matrícula del sector público al privado, que asegure un presupuesto público suficiente y distribuido con equidad para cubrir los costos reales de una educación de buena calidad en todas las escuelas del Estado, que permita regular y fiscalizar el servicio privado también con perspectiva de equidad y condiciones básicas de calidad, que se oriente hacia la conformación progresiva de un sistema con escuelas integradoras, inclusivas, interculturales, que contribuyan a la cohesión social y a la superación de la discriminación y de las desigualdades, que favorezcan una convivencia social más armoniosa y solidaria, con democracia y efectiva igualdad de oportunidades. Para todo ello es probable que se necesite una nueva Ley de Financiamiento de la Educación Básica, que sustituya las normas que sustentan el modelo de financiamiento vigente, que -como está demostrado- genera desigualdad y segregación por niveles socioeconómicos.

Debemos estar atentos a lo que la nueva ministra y su equipo en el MINEDU anuncien, propongan y decidan en relación con este grave problema estructural de nuestro sistema escolar.


Escrito por

Manuel Bello

A los 68 sigo creyendo en la educación para forjar equidad y vida buena, disfrute de la diversidad y superación de desigualdades injustas.


Publicado en

TODOS JUNTOS

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